A la fecha me he reunido con mas de 4.000 estudiantes de educación superior y con grupos mas pequeños de estudiantes de secundaria o enseñanza media, emprendedores, grupos de profesionales activos de diversas áreas y profesionales con planes de búsqueda laboral. En cada interacción con ellos les hago SIEMPRE estas decisivas preguntas;
1. ¿ Eres talentoso en lo que haces?
2. ¿ Lo que haces causa una diferencia?
3. ¿ Cuando haces las cosas por la cual fuiste diseñado, te sientes realmente vivo?
4. ¿ Te despiertan las ideas por la madrugada a fin de plasmar tu exclusividad?
Tristemente un bajo porcentaje de estos grupos responde profundamente con un si, en una economía como la nuestra donde impera la oferta y demanda, en donde el mercado del capital humano es cada vez un mercado de commodities, donde la palabra diferenciación y exclusividad en las personas pareciera ser solo conceptos de algunos rayados como YO. Se torna obligatorio irnos al punto de partida para contemplar el significado de la palabra TALENTO. El origen de la palabra talento aparece en una gran parábola enseñada en la biblia, Mateo 25: 14-30 dice así;
"Porque el reino de los cielos es como un hombre
que, partiendo lejos, llamó a sus siervos y les encomendó sus bienes. Y a uno dio cinco talentos, y al otro dos, y al otro uno. A cada uno conforme a
su capacidad y luego se fué lejos. Y al que había recibido cinco
talentos fué y negoció con ellos y ganó otros cinco talentos. Asimismo, el que había recibido dos ganó también otros dos. Pero el que había
recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
Y después de mucho tiempo, volvió el señor de
aquellos siervos e hizo cuenta con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos y dijo: “Señor, cinco talentos me encomendaste;
he aquí he ganado otros cinco talentos sobre ellos”.
Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco
has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
Y llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: “Señor, dos talentos me encomendaste; he aquí he ganado otros dos talentos sobre ellos”
Su señor le dijo: “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco
has sido fiel, sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu señor”.
Y llegando también el que había recibido un talento, dijo: “Señor, te conocía hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no
esparciste y tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra. Aquí
tienes lo que es tuyo”.
Y respondiendo su señor, le dijo: “¡Siervo malo y negligente! ¿Sabías que siego donde no sembré y que recojo donde no esparcí? Por tanto,
debías haber dado mi dinero a los banqueros y, al venir yo,
hubiera recibido lo que es mío con intereses”.
“ Quitadle, pues, el talento y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene le será dado, y tendrá en más; y al que no tiene, aun lo
que tiene le será quitado. Al siervo inútil echadlo en las tinieblas de afuera, allí será el llanto y el crujir de dientes”.
Los talentos narrados en la parábola no sólo representan el dinero, o
las cosas materiales de este mundo, sino también las cualidades y la capacidad
que todos llevamos en nosotros, es decir, nuestro POTENCIAL.
Unos nacen en la abundancia y otros lo hacen en la escasez. Pero en la vida, como en la parábola, lo importante no es lo que tenemos sino lo que hacemos con lo que
tenemos.
¿Observaste que en la parábola se felicita por igual al que recibió
cinco talentos como al que recibió dos? Esto es porque ambos hicieron todo lo que pudieron con lo que tenían.
Si eres una persona con muchos talentos o pocos es indiferente, lo
importante es que los pongas a trabajar y saques de ellos lo máximo que tus
posibilidades te permitan. Consigas lo que consigas estará bien, siempre y
cuando hayas dado tu 100%.
En cambio, el que esconde sus talentos, por poco o muchos que estos
sean, como dice la parábola, se le quitará lo poco que tenga y se le dará al
que tiene en abundancia, y se le expulsará a las tinieblas donde encontrará el llanto y crujir de dientes. Es una declaración fuerte ¿pero acaso no cierta?
¿Acaso no lo vemos a diario?
Quien silencia su potencial, no sólo menosprecia el valor de su
existencia, sino que además se asegura una vida llena de frustraciones y
sufrimiento. TE LO ASEGURO.
Tu única opción no es otra que
superar el miedo que te retiene para cumplir con todo tu potencial, para realmente vivir aquello por lo cual fuiste diseñado. Sí, como narra la parábola, es el miedo
lo que retuvo al tercer siervo de utilizar su talento, en este caso, el miedo a
perder el dinero que le había dado su señor y a ser castigado por ello. Pero
tener miedo no puede ser una excusa para mantenerse inactivo, esa es una
actitud reactiva, autocomplaciente y devela una vida totalmente sin propósito. Lo que finalmente terminará pasándote la cuenta.
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